Era el día. El rayismo lo sabía y no falló. Tocaba movilizarse, pronunciarse y dejar claro que Vallekas no perdona a ladrones, no quiere a una gentuza que no se conformó con cambiarnos el nombre del equipo, del estadio, el escudo, sino que también nos ha hundido en la mayor de las miserias y mantiene a todos sus trabajadores sin cobrar. El rayismo dijo basta, dictó sentencia.
En el día en el que nuestro estadio volvió a ser el de Vallekas, y no el de Teresa Rivero, la afición recibió a los jugadores a su llegada, uno a uno, al no haber dinero para buses ni concentraciones ni nada de nada. En apenas unas horas volaron las 1.000 camisetas (las mismas con las que saltaron nuestros jugadores al césped) cuyos beneficios irán destinados a la Fila 0 creada por la afición y se repartió en todas las entradas el comunicado conjunto de todas las peñas rayistas, así como miles de pañuelos para la protesta unitaria.
Pese a la represión y las órdenes desde la directiva de prohibir cualquier pancarta que aludiera a Rumasa (se tuvieron que comer una inmensa en nuestro fondo), todo el estadio estaba decorado con pancartas que lo decían todo (que os mostramos más abajo).
Sobre el palco, una pancarta realizada por Bukaneros dejaba claro quién sobra en nuestro barrio.
Y en la grada, animación a la altura del día, retumbando en un primer cuarto que acabó con el gol de Aganzo y que dio paso a la primera pañolada a un palco al que Teresa Rivero estaba aún llegando (mientras otros nos jugamos el puesto de trabajo por llegar cuanto antes al estadio). Varios minutos de cánticos contra Rumasa, contra la ex presidenta y recordando que, pese a quien pese, el Rayo somos nosotros. Hasta la grada visitante, encabezada por AlkorHooligans, se solidarizó con Vallekas mostrando una pancarta.
La segunda parte comenzó con un mensaje dedicado al delegado del Rayo B, que tras 17 años en el club se ve obligado a buscar otro trabajo por los impagos acumulados.
Se apretó y se sufrió, tanto en el césped como en la grada,con cánticos y bufandeos seguidos más que nunca por todo el estadio, con un A las armas! que puso los pelos de punta, o minutos y minutos cantando “Porque sin ti Rayo, la vida no sería igual,bendito sea el equipo que nos tocó animar…”.
Y con el pitido inicial, pancarta en el fondo para despedira unos jugadores que aún sin cobrar volvieron a dejarse la piel y a callar la bocaza de Teresa Rivero. Con el estadio vacío y los focos apagados, allí se quedó el Fondo, más que animando, liberando toda la tensión de unos días duros, de mucho trabajo, miedo y estrés, pero también de orgullo y unidad. Y para sorpresa nuestra, apareció la plantilla al césped para agradecernos todo y para escuchar que hay cosas que no las da el dinero y esa es la admiración y el cariño detoda una afición, rompiendo algunos incluso a llorar. Son grandes, el rayismo es grande.
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Aspecto del resto del Estadio:
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