Estaba en la Alameda de Compostela y quería llegar a la plaza de Pescadería Vella. Al cruzar en el semáforo de la entrada al casco histórico en la noche del sábado, en plenas fiestas del Apóstol, una periodista de EL PAÍS, andaluza, preguntó a una señora por dónde tenía que ir usando el nombre oficial del lugar, en gallego. Lo hizo al lado de un grupo de independentistas que se concentraban pacíficamente, rodeados por decenas de agentes de la Policía Nacional. Un antidisturbio la agarró del brazo: "Aquí no hay nada que se llame Pescadería Vella, se llama Pescadería Vieja. Tú, que eres de fuera, deberías saberlo", le reprendió. Acto seguido le espetó: "Corre, no vaya a ser que te demos unas hostias". Fue antes de que los antidisturbios comenzaran a cargar contra los concentrados.
Varios jóvenes resultaron heridos en otras actuaciones policiales a lo largo de la noche en Santiago. Dos contenedores fueron quemados y un coche de la Compañía de Radio Televisión de Galicia fue volcado cerca de la catedral. Por la mañana, la manifestación de independentistas convocados por Causa Galiza, 3.000 según la organización, transcurrió sin incidentes bajo el lema "Para enfrontarnos ó capital, aquí e agora soberanía nacional". Los participantes recorrieron las calles separados por una cinta de la Policía Nacional, que se encontraba en las aceras. Fueron vigilados de cerca por casi una decena de furgones policiales que cerraban la marcha.
elpais.com
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