Llorad malditos. Corred ahora que aún podéis y no dejéis de mirar hacia atrás. Os vigilamos, hemos memorizado todos y cada uno de vuestros movimientos y acechamos expectantes. Intentad salvaguardaros en algún lugar seguro porque vuestra plácida existencia ha llegado a su fin. Habéis vivido tranquilos, la confianza os ha hecho acostumbraros no a vencer, sino a arrasar, y sólo os saciáis con la humillación del rival. Relajados, seguros en vuestras realidades de opulencia y superioridad, habéis permanecido ajenos a lo que durante años se ha ido gestando en un humilde barrio obrero del sureste de Madrid. Hemos sobrevivido en la más negra de las oscuridades, agazapados en las tinieblas del infierno, guardando vuestras sonrisas de superioridad, vuestros comentarios bañados en prepotencia, las burlas y faltas de respeto. Abocados al ostracismo, habéis intentando enterrarnos en el olvido, obviando que quizá, el día menos esperado, podríamos volver. Ese día ha llegado.
Hemos vuelto para cobrarnos nuestra venganza, para ganarnos el derecho a vivir el sueño que la historia reserva al humilde, para ganar una batalla a nuestro propio destino. Nadie da nada por nosotros, estamos condenados antes de comenzar, pero hemos regresado para tumbar a los grandes y guiar a los humildes.
Temblad, ahora vais a saber qué es el miedo, porque ocho años después…
VUELVE EL MATAGIGANTES
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